La automedicación, la autoprescripción sumado al abuso en el consumo de medicamentos de venta sin receta nos ha llevado a una situación preocupante, lo que se evidencia en el estudio realizado por la Universidad Católica el cual muestra cuales son los medicamentos que más utilizan los jóvenes en Chile en intentos de suicidio, siendo el primero en el listado, el paracetamol.
Chile tiene un número enorme de cadenas farmacéuticas por metro cuadrado, las que por los medicamentos con receta cobran precios más altos que en EE.UU. y Europa, ofrecen créditos a sola firma a los ancianos y a los más débiles, y los comprometen hasta su muerte con intereses usureros que a veces quedan como herencia a hijos o nietos. Esta es una de las tantas inequidades que soporta Chile, más grave que muchas, porque tiene que ver con la vida y la muerte de la población. El aumento de la longevidad, que trae consigo más enfermedades, se está convirtiendo en una maldición para los viejos, ante la perspectiva de una enfermedad que no puedan sostener.
Es por ello que un tema importante y olvidado, en cuanto a la administración de medicamentos fuera del ámbito sanitario, es decir, sin la intervención de un médico prescriptor o de un farmacéutico dispensador, es la automedicación, con todos los riesgos que esta práctica, muy habitual e Chile conlleva.